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4.11.06 Llegué al instituto, al entrar a la clase todos se quedaron en silencio. Luego dirigieron sus ojos lentamente a Sarah y Laura, ¿ya sabrían lo de aquel grito que les pegué? Lo más seguro. Me miraban con cara de desaprobación, como si me estuvieran juzgando... Sonreí. Me da igual lo que digais, nunca me importará. Pasaron las horas con tranquilidad: Culpable, culpable, culpable... Aparentaban decir. Pero mi cabeza, mi mente, estaba en otra parte. Comenzaba a recordar el dulce cumpleaños que tuve el año anterior, cuando aún creía algo en la humanidad. Creía en la amistad... Por aquel entonces tenía una amiga por la que me dejé engañar. Desde que mi madre se marchó, aparte de ese problema, tuve muchos con la gente. No digo que sea culpa de los demás, lo más seguro es que el problema resida en mi. Como siempre.... Pues bien, el día de mi cumpleaños del año pasado yo tenía una amiga que solía pedirme que confiara en ella, pues yo temía que volvieran a "abandonarme", al final me convenció y me fie de ella... Aquel día llegué al instituto, algo feliz puesto que estaba cumpliendo dieciseis años, pero cual fue mi sorpresa al ver que mi amiga no recordaba en absoluto cual era aquel día. Ni siquiera se dignó a saludarme, pues estaba hablando con una muchacha que había llegado nueva. Al principio pensé que era normal, que no debía ser tan acaparadora y que debía dejar que ella tuviera sus amigos. Pero lo que era hacer amigos nuevos, se convirtió en centrar su vida en aquella nueva amiga. En dejarme a mi de lado y no hablarme, excepto para pedirme cosas. Me cabreé. Mucho. Puesto que el día de mi cumpleaños fue cuando su indiferencia se hizo del todo palpable. No me habló, no me miró, reían en clase y no se dignó a felicitarme. Luego, aquel día se marcharon al cine(a pesar de que anteriormente había invitado a mi amiga a celebrar mi cumpleaños por ahí, ella simplemente me dijo que no iba a poder ir) Ahora estaba sola. Otra vez. Al recordar todo aquello, abrí los ojos con cierto pasmo y desvié la mirada hacia la ventana. Estaba en clase de...¿uh? No lo recuerdo, pero sabía que no era ni matemáticas, ni biología ni física. Comencé a sentirme mal en aquel momento, pero al darme cuenta fruncí el ceño y dí un leve golpe a la mesa(que no se oyó). Me había esforzado mucho, desde antes de aparecer "la amistad" por mi vida, a no sentir nada e ignorarlo todo. Nadie me quiere, no tienen porqué hacerlo. Pero yo tampoco tengo porqué sufrir. Llegó la hora del recreo, paseaba por los pasillos con ligera tranquilidad mientras mi mente aún divagaba por algún que otro mal recuerdo, pero me era agradable sentir que ya no eran importantes. De pronto algo golpeó mi hombro con fuerza, fue por eso por lo que levanté la cabeza y miraba de reojo hacia aquello que me había golpeado. Hum... El hermano de... ¿Sarah? Ah no, era un tipo que... ¿hum? ... No me acuerdo quien era, pero lo que si pude ver era que él era mayor que yo, pero algo idiota... -¿Podrías tener un poco más de cuidado, capullo?-espeté. No me respondió, simplemente me volvió a empujar, haciendo que me chocara contra la pared esta vez.- ¡¡¡EH!!! -¿Te crees demasiado buena?-preguntó, mientras se me colocaba delante y luego le daba un puñetazo a la pared que estaba tras de mi. -¿Hum?-pregunté a la vez que mantenía una mirada vanidosa. -¿¡Te crees que tienes derecho a gritar y humillar a los demás!? -¿Y qué diablos estás haciendo tú ahora...? No me intimidaba en absoluto que tuviese aquella cara de loco, que estuviera tan cerca y que además sus nudillos estuviesen sangrado tras haber golpeado con fuerza la pared. Humanos, así somos, presos de las emociones... Jeh. -¡¡Ya basta!! ¡¡¡Con razón Lilyan se alejó de tí!!!-gritó. Pisas terreno pantanoso... -¿Por qué me estás gritando? Porque tú no eres el hermano de Sarah... ¿no? Puso cara de incrédulo, de idiota... Luego volvió a su cara de loco habitual y me gritó: -¡Soy James!- -¿James? Suspiró, airado, temblaba ligeramente... ¿ira? Lo peor es que no me había dado cuenta de "porqué" ocurría todo esto. -Soy... el que se te declaró el mes pasado. ¿Lo recuerdas? -¡Ah! ¡El nuevo! -Sí... Un tio nuevo, que jamás habló con migo y que a los dos días me estaba diciendo que me quería y que deseaba conocerme mejor. ¿Para qué, maldito idiota, para humillarme tú a mi? Tan vago es su recuerdo para mi, que apenas recuerdo lo que le respondí. -¿Y bien?-pregunté, incrédula. -¡Me dejaste en ridiculo! -¿Ah sí? -¡¡¡¡SÍ!!!! Volvió a poner cara de loco y no pude evitar reirme. Permaneció mirándome fijamente, de pronto me cogió por el cuello y no pude hacer más que abrir los ojos con fuerza. En ese momento recordé el día que le rechacé. Había entrado a mi clase y se dirigió directamente a mi, luego me dijo lo que sentía por mi y simplemente me reí. Le miré y le dije: -¿Por qué hablas de algo que no existe? Eres un puto niñato que se cree que está enamorado o hace creer que está enamorado. Pero tú lo único que quieres es una cosa y yo no soy de las idiotas que se creen a la gente como tú. Ahora largo y vete a jugar con tus Accion Man. Continué dibujando y se quedó mirándome con insistencia, sin decir nada, luego tuve que dirigir mis ojos hacia él de nuevo y gritarle algo como Lárgate, no lo recuerdo. Al final se marchó y no le volví a ver más, hasta entonces. Y ahora... ¿Quería matarme por decirle la verdad? -S...sueltame...-gruñí. -A mi nadie me dice No...-refunfuñó. -Bienvenido, siempre hay una primera vez.-espeté, luego le di una patada en la entrepierna y se alejó de mi, encorvado hacia delante.-idiota... -Maldita sea...-musitó, luego volvió a colocarse recto y regresó hacia mi. Justo entonces le pegué una patada en el estómago y retrocedió hasta quedar al otro lado del pasillo. -No te me acerques, pervertido.-ordené. -¿¡Eh, qué pasa ahí!?-oí de pronto, al mirar vi al director. Cuando mis ojos regresaron a James, éste estaba contra la pared y lloriqueando. Estaba actuando para que me... castigaran. Y como era de esperar, acabé en la oficina del director. Siendo amenazada con mi expulsión... ¡Pero si hacía una semana enterita que no montaba lio!... Al final, llamaron a mi padrastro para hablar con él, no obstante éste dijo que tardaría en llegar pues tenía trabajo. Pero mejor dicho, no llegó, seguramente al final se había olvidado. Así que a las diez de la noche me dejaron marcharme... Iba hacia casa, con los cascos del MP4 puestos mientras miraba hacia delante sin mucho interés. Cada vez que regresaba a casa del instituto, debía pasar por un callejón que no me daba miedo. Es más... me causaba risa porque al estar tan oscuro nadie se acercaba y allí yo me sentía en paz, como alguien cuando está en casa. No obstante, de pronto mientras iba por el callejón noté como alguien me cogía por el cuello y me hacía hacia él. Al tener la música tan alta, no podía oír bien así que centré mi vista para adivinar quien era el que me había inmovilizado. De improviso, aquel extraño me quitó uno de los cascos y me susurró: -¿No te he dicho que yo NUNCA pierdo? -¿Qué diablos...?-gruñí, en ese momento me di cuenta de que el extraño era James. Al final era un maldito desquiciado peligroso... Me hizo girarme y me apoyó contra la pared mientras me sujetaba con fuerza por los brazos. Patético idiota... ¿Qué pensaba conseguir con eso? No lo se pero su cara de loco cada vez iba tomando la de un pervertido. -Suéltame.-ordené, como quien dice "buenos días". -No, no...-susurró, luego pegó su frente a la mia y le miré con asco.- Debes aprender que a mi no se me dice que no... Ya es tarde para ti. -¿Tarde? Su frente y la mia se tocaban, pero la separó levemente para besarme. Abrí los ojos, incrédula, mientras intentaba zafarme pero eso solo provocó que me diese un golpe contra la pared. Él apretaba con fuerza mis muñecas... No podía liberarme. Era la primera vez que podía decir algo así. Y ahora... ¿qué podría esperar de ese estúpido loco? Cerré los ojos con fuerza, mientras intentaba liberarme aún(cosa inútil). Nunca había estado a merced de nadie, siempre había tenido la capacidad de defenderme... ¿Ahora iba a poder ese perturbado hacer lo que le diese la gana? La respuesta es no. Abrí los ojos con fuerza e intenté moverme con todas mis fuerzas... Eso provocó que se separara ligeramente de mi pero que me diese un golpe fuerte en la cara, luego sonrió y me sujetó con más fuerza. Las muñecas dolían... como si se fueran a partir. -¡¡¡¡SUELTAME!!!!-Le grité. Sin saber muy bien como ni porqué, por un momento pude ver como unas sombras lo arrancaban de mi. Me quedé quieta, sin saber que hacer, que decir... él quedó contra la pared, aparentaba dolorido... Pero justo entonces volvió a colocarse en pie con una mirada turbia. -Chica ¿ocurre algo? -me preguntó alguien de pronto, al mirar vi a un joven no mucho mayor que yo Me sobresalté, no me había dado cuenta de que hubiera alguien más allí. Quedé observando a aquel joven fijamente, ¿Qué hacía alguien más allí? Aún así lo agradecía, no sabía qué más hacer... James no me dejó terminar de responder, pues justo entonces él espetó: -Largo. Nadie te ha dado vela. -Ya me la doy yo solo, no necesito de tu invitacion, ser despreciable -antes de que James pudiera contestarle, el joven ya le habia propinado tres puñetazos mas- Permanecí incrédula... ¿Alguien "defendiendome"? ... Mejor dicho... ¿Por qué alguien me defendía? Permanecí en silencio, James me miró de reojo y luego echó a correr pues aquel muchacho extraño le estaba propinando una "buena paliza". Cuando ya se hubo marchado me apoyé en la pared y suspiré, mientras miraba a aquel extraño y susurré: -¿por qué? -Porque no me gusta ver como pegan a la gente porque si -... un buen samaritano, ¿eh?-pregunté, luego me separé de la pared y comencé a caminar.- Irás muy mal si te dedicas a defender a la gente que no conoces. -Solo te he defendido a ti, no saques conclusiones precipitadas -soltó friamente, luego me siguió -Hm... ¿Y ahora por qué me sigues? -Porque vas en la misma dirección que iba yo antes de ver el "combate" -volvio a soltar como si no le importara mucho que le preguntara -Vale. Le miré de reojo, era un joven medianamente alto con el cabello plateado, parcia tener unos 19, 20 años como mucho y vestia un tanto peculiar, llevava unos tejanos con una camisa medio desabrochada como si no le importara mucho lo que pensaran de como iba vestido -¿Por qué diablos me has defendido solo a mi?-espeté de pronto, pues me habia dado cuenta de su respuesta. -Simplemente sera que alguien te quiere mucho... nah dejemonos de tonterias, pasaba por aqui he visto a un grandullon atacando a una jovencita y me ha salido la faceta protectora -me miro de reojo- te sirve mi respuesta o quieres que te haga otra version -sinceramente me estaba empezando a preguntar si ese tio era normal -¿faceta protectora...? Esto... no hacía falta que te montaras una película...-gruñí mientras le miraba de reojo. -Vale, pasaba por aqui vi la oportunidad de hacer un poco de ejercicio y le arreé al tio ese, ¿contenta? -¿a que diablos estaba jugando el tio ese? -... Cállate.-le gruñí de pronto. ¿Se estaba riendo de mi...? Seguimos andando y el tio seguia mi ruta, pero el estaba unos 3 metros por detras de mi -Esta situación empieza a ponerme de los nervios.-refunfuñé mientras lo miraba de reojo cada cierto tiempo. No me fiaba. -Pues ignorame -Es dificil ignorar a un tipo que camina de forma tan pesada.-espeté.- pareces zombi -Tu misma, ese es tu problema no el mio -Que te den...-gruñí, luego aceleré el paso. Porfin llegué al edificio, mi sorpresa fué cuando ví que ese joven entraba, ¿acaso me estaba persiguiendo? De pronto de paré en seco y le miré de reojo. El se detuvo también y me miró fijamente. Me estaba enfadando... Pero algo me decía que no debía emprenderla con él. Así pues, me giré de nuevo y continué subiendo la escalera. Ya me daba igual si me seguía o no. Él subió tambien hasta llegar a mi piso. -¿vives por aquí?-pregunté, cuando me encontraba delante de la puerta de mi casa. -Así es, por fin preguntas algo con sentido -sonrió se giro se despidió con la mano y entró al piso que estaba al lado del mio -jejeje...-reí mientras abría la puerta, luego la cerré de un portazo. Por un momento creí que la casa se venía abajo. Entrecerré los ojos... Aquel tipo tan extraño era exasperante. Parecía de otro planeta... Pensando en eso comencé a caminar y justo cuando pasé por la puerta que daba al salón vi a mi padrastro trabajando. Quedé allí, de pie, era verdad, él no había ido al instituto para hablar con el director. -¿Por qué no has ido?-pregunté de pronto, era la primera vez uqe le dirigía la palabra desde hacia bastante tiempo. Me miró, sonrió irónicamente y continuó con su trabajo. Abrí los ojos con fuerza, luego me sentí decepcionada y después triste. Negué con la cabeza y fui hacia mi cuarto, luego me tendí sobre la cama y susurré mientras estaba boca abajo: -feliz cumpeñaos, Shana... Out:fin de mi post, gracias a mister nanak por su ayuda ^^- Maddy se reencarnó a las 8:29 p. m.