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-->Personajes<--

 

 

 

 

  

3.11.06

 

Salí del instituto. Sí, era domíngo. Pero estaba castigada y tuve que quedarme allí para ayudar a la profesora de Biología. Para cuando se dignó a dejarme salir, me dirigí hacia mi casa lentamente, con paciencia... Sin mucha prisa. En mi casa estaría mi padrastro... ¿Y? Él me ignoraba. Mi madre, la muy estúpida, le había puesto los cuernos y lo abandonó por su mejor amigo. A mi me dejó con él, aunque no me importa. Ya no.
Hacía frío... Aún así continué andando como si nada. Ya era de noche y entrecerré los ojos, la brisa nocturna era muy agradable... De pronto me ví delante de la puerta de el edificio de veinte plantas donde vivía, justo en el último piso. Suspiré decepcionada y subí por las escaleras, de forma pesada y monótona, quería tardar una eternidad en subir. Al principio mi padrastro me insultaba, rencoroso por lo que le había hecho MI madre, pero luego comenzó a ignorarme... Cada vez más y más, hasta que al final dejó de hablarme. Creo que ya hace cinco años que no me dirige una frase completa. Solo monosilabos... O firmar algún que otro papel. Al principio, como pensé que era mi padre real, intentaba llamar su atención haciendo trastadas en el colegio. Grave error. Siempre que me expulsaban me miraba por encima del hombro, sonreía y luego me tomaba por el brazo para llevarme directamente a casa.
Llegué, abrí la puerta y entré sin decir absolutamente nada. Oí el teclear de un ordenador en el salón, era él. Me asomé a la puerta, con cuidado, allí estaba trabajando como siempre solía hacer a aquella hora. Por un momento me miró de reojo, luego continuó con su trabajo.
Me giré y fui hacia mi habitación, donde arrojé mi mochila y tomé algo de ropa para ir al baño. Tras ducharme, regresé a mi cuarto donde acabé completamente rendida...

Soñé con el día en el que mi madre, sonriente, me decía que se iba con Jimmy(el mejor amigo de mi padre) y que no iba a volver. Me dijo que no quería estar atada a una cría y aun tipo aburrido que no sabía vivir la vida... Maldita irresponsable. Se largó, yo me quedé allí mirando de forma perdida hacia el suelo... Fue entonces cuando mi padrastro se comenzó a quedarse mudo para mi.

Desperté con una sonrisa irónica en el rostro. Me había sorprendido el echo de que no hubiese llorado al recordar aquello pero ya me daba todo igual. No confio en la humanidad. No tengo porqué. Se que mucha gente tiene una preciosa vida, llena de dulces emociones y de grandes personas que les aman y que les cuidan. Yo no tengo. No lo quiero.
Miré el reloj, 7:00, la hora idonea a la que debía despertarme... Me levanté, tomé la ropa que me iba a poner ese día y me dirigí de nuevo al baño. Me lavé la cara, aún media dormida, y luego comencé a vestirme. Cuando hube terminado me miré al espejo: Cabello rojo como el fuego suelto(no tenía ni tiempo ni ganas para recogermelo), con un pantalón negro y una camiseta de rayas roja y negra. Por otro lado, llevaba en el cuello uno de estos collares de pinchos y unas pulseras a juego.
Que cool.

Comencé mi jovial camino hacia el instituto. Caminaba de forma pesada y lenta, mientras aún estaba media dormida y oía la música del mp4. No me interesaba los sonidos matutinos de la ciudad, no me interesaba oir el bullicio de la gente que se disponía a ir hacia sus lugares de trabajo. Odio a la humanidad.
Noté tres toques en el hombro, así pues me giré de forma incrédula mientras me quitaba uno de los auriculares. Mierda, la canción estaba por la mejor parte... Vi allí a dos compañeras mías de clase: Laura y Sarah. Tímidas y patéticas... Solían escudarse tras de mi, pues... Los de mi clase dicen que tengo muy mal caracter... ¿Mal caracter yo? Por favor...
-Hola Shana.-saludó Laura.
-Ey.-respondí, mientras continuaba mi camino. Se colocaron una a cada lado. ¿Se creerán que son mis amigas?
-¿Qué tal estas?-preguntó Sarah.
-Ahí vamos.-espeté.

Quedaron por un momento calladas... ¿Cuanto os enterareis? No me interesa vuestra vida. No me fio de nadie y jamás lo haré. Estoy harta de que la gente intente humillarme o en su defecto, intenten hacerme daño... Aunque ambas cosas van unidas, ¿no?
-Mañana es tu cumpleaños, ¿verdad?-dijo Laura, al poco.

¿Mi cumpleaños? Pero si mi cumpleaños es en... ¡Anda! ¡Es verdad! Diecisiete asquerosos, digo, dulces años cumplidos... Dicisiente primaveras... ¿Diecisiente martirios?
-Anda, es cierto...-susurré.
-¿Piensas celebrarlo?-preguntó Sarah.
-... No.-negué.
-Pues entonces podríamos...-susurró Laura...

¡Basta, ya basta de intentar hacerse mis amigas! ¡¡No pienso permitir que nadie más vuelva a ganarse mi confianza para luego traincionarme y dejarme sola!! ¡No pienso dejar que nadie me haga ver de nuevo lo desgraciada que soy! ¡¡¡No pienso dejar que nadie vuelva a mostrarme mi propia mierda!!!
-¡¡¡Ya basta!!!-Le grité, se quedaron pálidas.- ¡¡¡NO QUIERO VUESTRA AMISTAD, NO ME HACE FALTA!!! ¡SI NO QUEREIS QUE LA GENTE SE RIA DE VOSOTRAS, DEJAD DE ESCUDAROS EN MI! ¡MADURAD, DEFENDEOS! ¡¡¡¡PERO NO VOLVAIS A ACERCAROS A MI!!!!

Eché a correr. Parecía estar huyendo... ¿de qué? No lo sé pero en ese momento me pareció algo terrorífico. Recordé por un instante fugaz el rostro de mi madre y sonreí perfidamente mientras continuaba corriendo. No, eso no iba a pasarme nunca más...

Aquel día en el instituto fue como cualquier otro. En las clases que no pertenecieran a la rama de ciencias, me dedicaba a dibujar... Luego, cuando se acabaron las clases tuve que quedarme cuartro horas más para ayudar a la profesora de biología. Estaba castigada... Puesto que en un "accidente" incendié uno de los laboratorios y ahora tengo que quedarme a ayudar...
Pero para mi no era ningún castigo, es más, me perminía conocer más cosas de aquellos temas que me interesaban: Biología, matemáticas, física...

Estuve bastantes horas más de lo que esperaba, así que cuando llegué a casa era muy de noche. Mi padrastro ya estaba en su cuarto y yo, tras bañarme, me dispuse a dormir. No obstante, algo llamó mi atención. Mi violín, cuyo estuche se entreveía por debajo de la cama, me acerqué lentamente y coloqué el estuche sobre la mesa. Tras mirarlo por unos instantes, lo abrí, sacando mi preciado violín y abrazandolo con cuidado. Cuanto tiempo hacía que mis manos no lo tocaban... Por alguna razón lo había dejado apartado...
-Quizá ya sea hora de retomarlo...-susurré.

Comencé a tocar una suave melodía mientras me sentaba en mi cama, no era ni rapida ni lenta... Simplemente era perfecta para aquel momento. Poco a poco, comencé a notar como el sueño me vencía y para cuando me quise dar cuenta, estaba de lado mientras contemplaba el instrumento....

Me quedé dormida...
En mi sueño vi un castillo tenebroso, oscuro, el ruido del viento furioso se escuchaba a lo lejos... Aunque pareciera extraño, a mi aquel lugar me proporcionaba paz... Acto seguido apareció un castillo de color blanco, por un momento tuve que colocar mi mano delante, pues la luz me deslumbraba... Luego pude observar un castillo de color azul... Y entonces desperté... La luz del día había comenzado a entrar por mi ventana... Al principio quedé medía desorientada, pero justo entonces me levanté de un salto mientras miraba el reloj: 7:45.... ¡¡¡Iba a llegar tarde!!! Tras colocar mi violín en su lugar, me dispuse a vestirme para luego salir como un rayo hacia la escuela... Por cierto... Sed bienvenidos, diecisiete años...


Out: My presentation xD =D Disfrutad queridos mios de la dulce y apacible Shana!

Maddy se reencarnó a las 7:42 p. m.