28.12.06
Siempre que estaba junto a ella me sentía incómodo, no era capaz de entender por qué siempre tenía que sonreír. Era demasiada amabilidad para un demonio, pero mi misión consistía en estar con ella hasta que lograra reunirlas a todas de nuevo y poder así llamar al Apocalipsis. Lo primero que tenía que hacer era lograr que pudiera despertar sus poderes, para así poder encontrar a esos 8 ángeles. Pero esos cobardes se nos quisieron adelantar y atacaron a Rosette dejándola medio inconsciente. Ésta fue una gran oportunidad para poder acabar con aquel cobarde de la forma más dolorosa posible, ya que Rosette no aprobaba del todo eso de matarles.
Kyo
se reencarnó a las
2:25 a. m.
- Bueno, ya que tienes tantas ganas de jugar, juguemos entonces.
Hice aparecer una especie de daga y me abalancé sobre el ángel para poder acabar con él lo antes posible. No me fue demasiado difícil acabar con él, pero por la espalda, aprovechando que estaba distraído, me atacó otro ángel.
- ¡Maldito! ¿con quién te crees que estás luchando? ¡muere estúpido! - dije mientras hacía arder mi daga y lo cortaba por la mitad.
Después de acabar con esos cobardes, cogí a Rosette y entramos en su casa donde allí me curó las heridas. No acababa de entender por qué lo hacía, pero me hizo sentir de forma extraña. Cuando estaba con ella me sentía raro, pero no quería tener que cargar con ella todo el rato, así que pensé que sería mejor lo que es en realidad y ver si es capaz de sacar sus poderes. Pero entonces nos volvieron a sorprender y esta vez eran muchos más.
Ya llevaba un rato luchando contra ellos y casi no me quedaban fuerzas. Esos malditos no paraban de salir, me tenía que dar prisa para poder salvar a Rosette, sus poderes todavía no habían despertado del todo.
Mientras estaba absorto en la batalla, una bola de fuego surgió de la nada, lanzando a un ángel lejos de mí y creando una nube de humo.
-Cof, cof-tosió alguien conocido-.Estúpido asma, cof.
- El que faltaba, ¿no sabes que los carcamales en casa están mejor?
-¿Ni siquiera me das las gracias? Ese ángel iba a hacerte daño de verdad, mocoso- Me reprochó Phobos.
- Solo me descuidé un poco, enseguida habría acabado con el. Y dime, ¿que haces aquí aparte de incordiar?
-Bueno, bueno...venía a ver cuál era la otra hermana y encontrar la forma de presentársela a mi..."protegida", pero ya veo que está bien cuidada por los mismos ángeles que estás machacando...-Phobos señaló a lo lejos.
- Esa estúpida se ha dejado coger muy pronto. Ya no tienes nada más que hacer aquí, preocúpate de tu "protegida".
-¿No deberíamos acabar con esos ángeles ya?
- Esos no son los que tenemos que matar son solo secuaces suyos. Pero en fin, esta bien, acabamos con todos esos que quedan y luego te largas.
-Je-rió-¡Parece que me estás haciendo un favor! ¡Vamos, a por ellos!
Sin más desplegó las alas y se alzó en el aire.
- ¿Hacemos una competición? ¿A ver quien se carga más ángeles?
-Es una pérdida de tiempo, puesto que ya sabemos quién va a ganar...-se pavoneó-.Pero cómo quieras...
- No te esfuerces si al tirar esa bola ya estas con la mitad de tus fuerzas, me hará gracia verte por los suelos con uno de tus ataques de asma - dije sonriendo haciendo aparecer mi daga.
Phobos cogió aire, indignado.
-¡Serás...! ¡Voy a demostrarte lo que es un verdadero demonio!
- Ya he acabado con dos mientras perdías el tiempo tomando aire, será mejor que te des prisa, sino la derrota será aplastante.-
-¡Agh!¡No te aguanto!-gritó irritado, acto seguido dibujó unos extraños símbolos en el aire con las manos y aparecieron varias bolas de fuego que lanzó contra los ángeles. Dos no pudieron esquivarlas y cayeron al suelo.
- ¡Je! la cosa se pone interesante, quedan 5, veamos quien logra acabar con ellos antes.
No iba a dejar que ese carcamal me ganara, así que con dos golpes acabé con dos de los cinco que quedaban. Pero el tampoco se quedo corto y lanzo dos bolas de fuego sobre los otros dos. Solo quedaba uno y quien acabara con él sería el ganador, así que cogí mi daga y lo partí por la mitad, pero el lanzo a su vez una bola de fuego y acabó explotando.
- Bueno, gane yo, estaba claro que un carcamal no era rival para mí je,je-
-¿Qué dices? ¡Si este último me lo he cargado yo!
- Mi daga lo partió por la mitad, eso significa que yo acabé con él.-
-¡Pero yo lo hice arder antes!-replicó Phobos.
- Con esa llamita solo le habrías quemado un ala, acéptalo, has perdido.-
-¡Ni hablar! No es mi culpa que no sepas perder, Axel.-
- Bueno, dejémoslo en empate por esta vez, tengo cosas más importantes de las que preocuparme.-
-¡Bah! ¡Empatar contigo es como perder!-sonrió con cinismo-.Suerte buscando a la chica, no dejes que la maten o será todo tu culpa...
- Preocúpate de tus asuntos, no voy a dejar que la maten. ¡Ah! y la próxima vez que nos encontremos, será como enemigos, piensa que estamos en medio de una apuesta.
-Lo sé, lo sé, no te preocupes que la próxima vez que nos encontremos no te dejaré irte tan alegremente-Phobos empezó a alejarse volando-¡Hasta pronto, mocoso!
Me apresuré para ir a buscar a Rosette, seguramente no andarían muy lejos. Cuando al fin los encontré acabé rápido con los dos ángeles que la estaban vigilando y me fui directamente hacía ella para echarle la bronca.
- Si tengo que hacer todo el rato de tu niñera no vamos nada bien. Tienes que aprender a usar tus poderes, hemos tenido suerte que estos solo eran simples seguidores de los 8 ángeles.
-¡No me hables así! La verdad es que prefiero que me dejes aquí. Me han tratado muy bien...-
- ¿Intentar matarte es tratarte bien? Entonces no me tenía que haver preocupado por ti.
-¿Intentar matarme? No han intentado matarme. Mientras he estado aquí me han tratado como a una reina. Han sido muy amables, y me han dicho cosas horribles sobre los demonios... sobre ti...-
- ¿Entonces te has creeído todas esas memeces?
-Creo que en el fondo... te he echado... de menos Axel. Y también he pensado que todo lo que decían, eran mentiras… porque… confío en ti, así que volveré contigo; quiero volver a ver a mi familia.-
- No digas estupideces y salgamos de aquí ya - dije algo nervioso
Rosette asintió, se aferró a mi cuello, la cogí en brazos y salimos volando del lugar. Había resultado más fácil de lo que hubiera imaginado.
- Parece que aún tendremos que quedarnos aquí un poco más con tus amiguitos. Quédate detrás de mi, no voy a dejar que esos desgraciados te hagan algo.-
-No puedes estar hablando en serio, ¿te importa lo que pueda pasarme?- dijo con tono irónico mientras se colocaba detrás de mí.
- Eh… bueno, ya sabes, mi misión y ... ¡ahora no es momento de hablar sobre ello! - dije algo fuera de mis casillas
Rosette se echó la mano a la boca y comenzó a reirse, fue algo que me desconcertó por un momento, pero rápidamente me coloqué en pose de combate y comencé a luchar contra los angelitos que intentaban acercarse a ella.
- Intenta concentrarte, si logras despertar tu poder, seremos capaces de salir de esta. -
-Lo intentaré.- replicó detrás de mi.
Tras escuchar varias palabras raras a mis espaldas, una luz intensa se apoderó del lugar y me obligó a cerrar los ojos con fuerza.
- Pero ¿quieres acabar conmigo también? ¿o qué? – espeté algo furioso.
Rosette había podido acabar o al menos ahuyentar a los ángeles que quedaban, así que, ya bastante cansado, sentí como me abandonaban las fuerzas, y caía rendido al suelo.
Después de una hora me levanté y encontré a Rosette desmayada a mi lado, cogiéndome la mano.
- ¡Mierda! se ha desmayado. Será mejor llevarla a su casa- dije bastante colorado.
Llegué a su casa y encontré su ventana abierta, entré, y la recosté sobre la cama con cuidado. Luego me dí la vuelta, y cuando estaba a punto de salir...
-Espera Axel...- espetó
- ¿Ya despertaste? También lo podrías haber hecho antes de tener que llevarte en brazos hasta aquí.
Su mirada era dulce e inocente, y sus ojos brillaban con mucha intensidad.
-Axel, no me dejes sola... tengo... miedo.- comentó en tono nervioso.
- ¿Pero no te acuerdas que ocurrió la noche pasada?
-No... ¿qué ocurrió?..- respondió algo confundida
- Te amenacé con matar a tu familia, te hice llorar, te... - dije confuso sin saber por qué hacía como si no recordara nada.
-Para, por favor... para.- reclamó. -Creo que prefiero no saber esa parte de ti... esa única parte de ti... que... me desagrada.- terminó de decir un poco cortada mientras me miraba.
- En serio no puedo entenderte, eres la primera persona que piensa que tengo algo bueno. Estoy algo confundido, soy un demonio, no tendría que sentir nada, pero cuando estás conmigo... Lo siento, tengo que irme - dije algo nervioso. -No creo que vengan a molestar más esos angeles y yo estaré cerca vigilando, pero no puedo quedarme más tiempo. -
-Axel ¿por qué eres así conmigo? ¿por qué por más que intento ganarme tu... amistad, me esquivas? yo quiero... yo quiero...- dijo desviando la mirada ya incorporada apretando entre sus manos las sábanas que ahora la tapaban.
- Lo siento - dije con la cabeza gacha y dirigiéndome hacia la ventana.
Noté como Rosette se puso en pie, caminó hasta mí, y me tomó de la mano antes de que pudiera salir.
- Me gusta tu compañía.- comentó de repente.
Me quede helado al escuchar sus palabras, no sabía qué hacer, no era capaz de decir una palabra.
- Pe...
-Por favor.- insistió sonriente.
Mi cuerpo se movió sólo, me giré y me abalancé sobre ella abrazándola, no sabía por qué, pero mi cuerpo me lo pedía.
Ella abrió los ojos como platos, sonrió y también me abrazó.
-Axel...- susurró.
- No sé por qué estoy haciendo esto, no soy yo. Pero no me desagrada, me siento bien estando así.-
-No pareces tú, el Axel que conozco no diría esas cosas, le parecerían "cursiladas"- musitó entre risas. -Pero me alegro que hayas cambiado, así me resulta más... mejor, sí, mejor, porque así no discutiremos tanto.- siguió riendo.
- No te pases ¡eh! ya te dije que estaba confuso, no te creas que voy a cambiar así como así.
Rosette con aún mi mano cogida, me llevó hasta su cama y se sentó haciendo que yo también lo hiciera a su lado. Luego se acercó a mí, no sabía bien qué se disponía a hacer, pero me escabullí un poco, ella dudó, y finalmente me besó en la mejilla, quedándose bastante colorada.
- Niñata ¡¿que haces?!, ¡duérmete de una vez! - dije muy colorado y nervioso.
Rosette rió, se levantó y se colocó en frente de mí mirándome curiosa.
-¡Te has puesto colorado!- exclamó con una sonrisilla pícara, también algo colorada.
- ¡¡No es verdad!! - dije algo molesto
-¡¡Si que lo es!!-
- ¡Ahora te vas a enterar! - y de golpe me lancé sobre ella y la besé en los labios.
Ahora si que no sabía qué estaba ocurriendo, me había vuelto loco, si era eso seguro.
Noté como al principio sus labios quisieron evitarme, pero después se fundieron con los míos en un profundo beso. No podía creer lo que estaba ocurriendo, pero a la vez me gustaba... era una sensación extraña.
- No me equivocaba cuando dije que eras una bruja, me he vuelto loco por tu culpa.-
-¡Pe-pero! ¡¿qué has hecho?!- gritó más roja que un tomate.
- ¿Que qué he hecho?, ¡si empezaste tú todo esto!-
-¡Pero me has besado!- dijo escondiendo la cara entre las sábanas.
- ¡Tú me besaste primero!-
-Yo te besé en la mejilla, no en... ¡no en los labios!-
- ¿Y no es lo mismo? – pregunté algo confuso.
-No...- contestó algo desconcertada. -¿No sabes lo que es... un beso en los labios?-
- La verdad es que es la primera vez que besa a una chica, bueno, y la primera vez que estoy con una. Allí en el infierno estaba demasiado preocupado por las misiones para pensar en ello.
-Vaya... ahora entiendo por qué me ha besado a mi... si soy la primera chica con la que está...- pensó en voz alta como lamentándose, mientras se tocaba los labios.
- ¡Oye! no pienses cosas raras, si he hecho esto ha sido por tu culpa, igual que lo de abrazarte.-
-¿Por mi culpa? Yo no he hecho nada para que me besaras, no tenías ningún derecho a hacerlo, encima que ha sido mi primer beso... ¡ha sido simplemente por un impulso! sólo por eso...-
- Mejor olvidarnos del tema y nos vamos a dormir, hoy a sido un día ajetreado y han pasado demasiadas cosas.-
-Para ti es muy fácil olvidarse del tema... pero yo no puedo olvidar esto... ¡no puedo!-
- Y dime, ¿porque no puedes?-
Rosette se acercó a mí, y me tomó de la barbilla.
-Axel, no puedes ir por ahí besando en los labios a toda la que se te antoje. Yo nunca había besado antes a nadie, y para mi... es algo muy especial... no sé si llegas a entenderme... pero... que para ti no haya significado nada, me duele... me da... mucha rabia...- espetó sin dejar de mirarme.
De nuevo la besé, de algún modo había entendido todo lo que ella decía, y la única respuesta que se me ocurrió fue volver a besarla.
Rosette no se inmutó, mientras la besaba aún nos mirábamos, y vi como ella cerraba los ojos lentamente; yo la imité. Luego ella se apartó de mí, y abrió los ojos...
-Axel... yo... no sé qué decir...-
-No pienses que te he besado porque sí, y ahora, vámonos a dormir.-
Ella no dijo nada, simplemente se metió en la cama, y se tapó hasta el cuello.
-Buenas noches...- susurró mientras cerraba muy pesadamente sus ojos...
*OUT* No nos matéis nos vino la inspiración y no podíamos parar. Esperamos que os guste ^^. Y venga continuemos que se pone muy interesante la cosa. *OUT*
